El Espectador habló con el padre de dos de las menores, quien relató como sucedieron los hechos y los daños emocionales y físicos de los que fueron víctima sus hijas de 13 y 11 años.
El Distrito dio a conocer que a partir de denuncias de la misma comunidad Embera en Bogotá, entre los días 27 y 30 de junio, se conocieron cuatro casos de presunto abuso sexual a menores de edad indígenas en la UPI La Florida y el Parque Nacional.
Uno de estos hechos, le ocurrió a dos niñas de 13 y 11 años, hijas de Nelson Murri, uno de los líderes de la comunidad asentada en la Calle 34 con carrera séptima. En diálogo con El Espectador, Murri narró que el pasado 29 de junio, las menores estaban en el sector de Corabastos, sobre las once de la noche, en compañía de dos mujeres embera más.
Allí, las cuatro estaban buscando alimento en la entrada número seis, cuando una de las mujeres adultas, le pagó cerca de siete mil pesos a un motociclista, para que acercara a las niñas a una de las estaciones de Transmilenio de la Avenida Américas. «Pero se las llevó a otro lado. Me dijeron que las empezó a tocar y a amenazar con cuchillo. Ellas alcanzaron a defenderse y escapar», cuenta Murri.
Ante el aviso, Nelson salió a las cuatro de la mañana a buscar en Corabastos y luego en la estación de Transmilenio donde debían llegar. Pero no estaban. «Pensé que habían desaparecido y me fui a Medicina Legal. Ahí recibí una llamada de un policía diciéndome que estaban en el Hospital de Meissen», relató.
Cuenta que las menores fueron ingresadas a las 10 de la mañana, con golpes en uno de los ojos y rasguños en sus cuerpos. «Les dieron una habitación a las 8 de la noche y al mediodía del domingo 30 de junio, les dieron salida. Solo les dieron acetaminofén para el dolor.
Noticia completa: https://www.elespectador.com/bogota/ellas-estan-mal-padre-de-dos-ninas-embera-que-denunciaron-abuso-sexual/
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